miércoles, 6 de julio de 2011

Notas sueltas

-Me metí en camisa de once varas con esto de la música. No me percaté, o no recordé lo mucho que tiene qué ver con las matemáticas. Será que soy un vago, pero esa parte del cerebro que asimila cuestiones de pensamiento abstracto no me funciona bien, de modo que cuando veo algo relacionado con matemáticas, es como si estuviera leyendo en cirílico y lo evito. Bu.

-Hacer y recibir regalos es complicado. Según he observado, la gente promedio tiene el hecho de regalar como un acto egoísta. Es decir, la persona que regala algo parece que no entiende o no comprende el significado de 'regalar', o de ceder los derechos de posesión de algún objeto en manos de otra persona. Y entonces, estas personas suelen actuar durante mucho tiempo como si lo regalado les perteneciera aún de algún modo, y le piden cuentas de sus regalos a todo mundo. Si es así prefiero que no me regalen nada.

-Decir que a estas alturas de mi vida aún veo alguna que otra serie de anime podría ser motivo de vergüenza, pero a veces veo personas de 30, 40, 50 años y más viendo telenovelas y termino por pensar que la animación japonesa no está nada mal. Yo he visto telenovelas por diversas circunstancias y me cuesta trabajo pensar que alguien pueda realmente tomarse en serio algo así.

Lo que sí es que las cancioncitas de entrada y salida de muchas caricaturas japonesas sí dan penita. Afortunadamente el tipo de series que a veces veo no contienen cosas así, pero cuando sucede, me salto las cancioncitas.

-¿A qué dimensión se van los calcetines que dejan el par desparejado?

El universo parece funcionar con diversas curiosas leyes. Pequeñeces, quizá, pero persistentes: El celular siempre tiene menos de un año de vida (se pierde, lo roban, se descompone), los calcetines se pierden, el amor siempre está lejos. Si esa es la voluntad del destino, entonces vale: decidí no volver a comprar otro celular, uso calcetines desparejados y de ser necesario me voy a vivir a Perú, o me traigo a mi novia para acá, o nos vamos a vivir en algún lugar intermedio. Pos qué chingaos...

-A veces pareciera que los problemas tienen como un lindo efecto colateral el unir a la familia. Que así sea.

domingo, 19 de junio de 2011

Hoy es día del padre, y en ciertos casos, no tener padre es cuestión para celebrarse.

No haré ninguna celebración, pero no dejo de sentirme afortunado de no haber tenido a mi padre en mi vida nunca.

jueves, 16 de junio de 2011

Adecuación metódica de un ser alienado.

Hay qué encajar. En algún lado, de alguna forma, pero uno 'debe' encajar en la sociedad... ¿no?

¿De qué habla uno con la gente de la oficina, si no es de las telenovelas, o del fútbol? ¿Y si no me gusta nada de eso de qué podría hablar? Uno ha de adaptarse al mundo y no al revés, porque, claro, la forma que tiene 'el mundo' de adaptarse a uno, que no comparte una serie de aficiones 'normales' con los demás, es tildándolo de 'raro' y quedarse conformes con ello.

'Sí, no baila cumbias ni salsa. ¿No le gustan las fiestas? Raro'.

-Pero sí me gustan las fiestas
-Pero si no te gusta bailar cumbias ni salsas ni duranguenses ¿A qué vas a la fiesta? ¿Te gusta tomar?
-No, tampoco. Puedo tomarme una, dos y luego me da asco
-¿Y qué haces entonces en las fiestas?
-Si son fiestas de baile, miro, como y me voy. Si voy a fiestas de amigos escucho música, hablo con gente, a veces hacen juegos, como en los halloweens...
-¿Entonces no bailan?
-No, por lo general...
-¿Entonces sólo escuchan la música? Pero si la música es para bailar...
-Bueno, puede ser, pero por lo general no se baila
-Pero si la salsa te llama a la pista de baile, hace que sientas ganas ¿nunca lo has sentido?
-En las fiestas a las que yo voy no ponemos cumbias ni salsas...
-¿¿Entonces??
-"Rock" (digo para no complicarme la existencia)
-Oh... bueno, debe ser raro.

Seguramente debe serlo para alguien que escucha cumbias, o reguetón.

Y así, usualmente, cuando uno no empata con las aficiones 'comunes', se supone que uno se convierte en 'raro', y no encaja. Pero de algún modo uno debe de encajar, porque a veces es necesario encajar.

Resulta, a final de cuentas, que en ciertos ámbitos es raro no decir suficientes majaderías por frase. Y como no siento que traicione mi escencia, y como es cansadísimo cargar con la condenada cruz del raro, a veces intento mimetizarme con la gente con quienes convivo y debo decir un montón de palabrotas para sonar 'normal'.

Muchas veces hay gente sensata e interesante, y puede uno hablar de temas controvertidos y entretenidos, y a veces se platica con gente (agradable, eso sí) que cantinflea demasiado y habla más de lo que expresa, mediante un montón de palabrotas. Y los albures salen a ponerle el toque picante y candorosón a la charla.

De este modo fue que he terminado, en ciertas circunstancias, hablando como si fuera un arriero y albureando como si fuera albañil. Sin menoscabo alguno para arrieros y albañiles.

...'ai nos vidrios.

sábado, 14 de mayo de 2011

Girls & Boys

Haga la evolución, nena...

Jajaja. Resulta que recién estaba escuchando 'Do the evolution' de Pearl Jam y hace muchos años, cuando vi alguna mala traducción en internet, ponía 'haga la evolución, nena'.

En fin, ese no es el tema que deseo abordar esta vez.

Al leer el blog de Verónica, acerca de su imposibilidad para hacer buena y sincera amistad con mis congéneres, me quedé pensando...

Hay quienes dicen que las amistades entre hombres y mujeres no existen, y que, prácticamente, tener amistades del sexo opuesto es básicamente tener a alguien 'en la caja de bateo' esperando a entrarle al partido en la siguiente entrada. Uff, me pasé de varonil al salir con metáforas deportivas. Pero, bueno, se entiende: se dice que uno tiene amigas o amigos (según el caso) como parejas potenciales.

Y ahora me pongo a pensar en mi propia situación: yo tengo quizá tres 'amigos-amigos' de verdad (esos a los que uno les ha escuchado los eructos, visto calcetines rotos, y atestiguado vergonzosas borracheras e incluso intercambiado puñetazos) y fuera de ellos no tengo ninguna otra amistad masculina. Tengo bastantes otras amistades, pero todas, del sexo femenino. Y no me refiero a internet, porque resulta que de algunos años hacia acá, cuando estoy en una situación de grupo, generalmente siempre hago amistad sólo con mujeres (como en el banco Fulanito de Tal)

Sí, alguna vez en la vida me ha pasado que he sentido 'alguna cosilla' por alguna de ellas, recíproca o no, e inclusive han salido de ahí relaciones no-amistosas, pero con la gran mayoría siempre tuve un trato amistoso, muy cariñoso, sí, pero siempre dentro de los límites de la amistad... ¿o no?... la memoria me falla o me hago el loco, pero, mi punto, es que he mantenido amistades femeninas por varios años, sin sentir que son mis parejas potenciales. Claro que al pensar más a fondo el tema, me pongo a pensar cómo podrían haber sido las cosas si hubiera dicho tal cosa, en tal momento, o si no hubiera detenido algún besito de ésos que resbalan peligrosamente por la comisura de los labios, pero... como dice el refrán: El verbo haber conjugado en pretérito pluscuamperfecto del modo subjuntivo no existe.

No tengo una respuesta definitiva al dilema de 'amigos o parejas potenciales', porque inclusive, a quien yo llamé mi mejor amiga hace muchos años, ahora ha llegado a ser la señora de mis pensamientos. No es que no lo fuera ya desde entonces, pero ahora de una manera mucho más oficial.

Claro que es difícil que una mujer, como Verónica, encuentre un tipo específico de amistad en alguien que ofrece otro tipo de amistad. Porque, siendo sinceros, no hay por ahí muchos hombres que vayan de compras con las chicas, y que hablen de sus sentimientos. Y los que hacemos esas cosas, somos tildados de gays o de afeminados, je... Supongo que sería más fácil procurarse una amistad masculina si se tuviera un interés activo en los deportes, el alcohol y en andarse ligando a cualquiera al salir a bailar. Llegado a este punto, me percato de por qué no tengo más amistades masculinas.

lunes, 9 de mayo de 2011

Mi postura ante las cosas que pasan

Me ruborizo un poco al recordar hace unos años, cuando la guerra mediática electorera de los candidatos presidenciales, yo, pequeño iluso, caí en el juego del miedo y empecé a estimar odioso a López Obrador en parte debido a la campaña de 'AMLO: un peligro para México'.

No es que ahora tenga reivindicada su figura (personalmente, no se si acertada o erróneamente, creo que es un ignorante irresponsable y ególatra) pero ciertamente creo que los peligros que entrañaba aquella elección presidencial estaban en otra fuente.

No se si meterme en esa discusión inútil sobre si fue o no legítimo el resultado de la contienda electoral, pero ahora pienso que quizá hubiera sido preferible tener por presidente a un 'porro loco y fatuo' (como lo denominó el 'nunca bien ponderado' Jefe Diego) que al actual presidente.

Y pensar que yo estuve justo en el lugar donde cerró su campaña, en aquellos años.

Yo soy de esos que se abstuvo de votar, porque nunca fue suficiente para mí votar por el 'menos peor'. Sigo creyendo, como entonces, que todos los candidatos que contendieron a la presidencia son una mierda. Al igual que la absurda campaña de 'si no votas, cállate'.

Y diré, como ya dije antes: claro, cállenme porque no son mis impuestos los que pagan ese absurdo y grotesco circo de la política.

Yo no voté por nadie, y no siento un particular remordimiento por ello; no se si quienes hayan votado por Calderón sientan alguno por ahora. Pero, ciertamente, lamento que las cosas hayan sucedido como hasta ahora.

Al parecer, este presidente trabaja arduamente para que cada mexicano tenga al menos un familiar 'levantado' por el narco. Yo me enteré esta semana que tengo un par de primos desaparecidos, en Veracruz.

En fin... me gustaría darle una patada en la cabeza a este presidentucho, a ver si se le acomoda aquello malo que tiene ahí y que le impide tomar decisiones acertadas. En realidad sé que no se le acomodaría nada, pero sería muy gratificante poder hacerlo.

martes, 26 de abril de 2011

Hoy fue uno de esos días en la oficina en que se come mucho pastel y se bebe mucho refresco, y luego se sale a cazar insectos y serpientes en las áreas verdes.

jueves, 17 de marzo de 2011

Actualización ociosa.

[Rekka- Yamato]


Hoy al ir al supermercado escuché de fondo una cancioncita pop que decía 'Yo te olvidaré; me olvidarás. ¡Hasta nunca!'

Desde que empecé en esas cosas de las relaciones humanas y hasta la fecha creo que no he olvidado a nadie, nunca. Superado, y seguido adelante, sí. Ahora que tengo cierta estabilidad y salud emocional puedo reconocer, como ya vengo reconociendo desde hace un tiempito hacia acá que no olvido a nadie, ni nadie queda en el pasado. No me arrepiento de muchas cosas, y no lamento nada. Todo lo que sucedió me llevó a esto y me gusta. Todas las cosas que pasaron quedan atesoradas hasta la fecha, me siento afortunado y llevo todo eso siempre conmigo. Así que yo pienso: ¡Hasta siempre!

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En un rato de ocio en la oficina me interesé por ver una telenovela. El interés provino de que mi jefa (siendo ella una mujer muy inteligente y sensata) se pone a verlas. Eso significa que quizá no fueran tan detestables como yo pensaba. Entonces me puse a verlas, y aunque sigo considerándolas igual de detestables, creo entender que el gusto de ver esas telenovelas es que todas tienen una estructura común para complacer las fantasías aspiracionales de la mayoría de las personas sencillas o inteligentes: que triunfe el bien, que los buenos sean millonarios, felizmente casados y que 'los malos' terminen muertos, en cárceles o manicomios. Por pésimas que sean las actuaciones y por ridículas que sean muchas situaciones (como aquello de los pequeños gemelos psíquicos... pfff) uno siempre se queda esperando el momento en que 'los malos' reciban su maldito merecido... aunque en lo personal siempre despotrico en contra de lo débiles, idiotas y resignados que son los protagonistas siempre. Les patearía el trasero si pudiera, y no les contaría mis planes para que no puedan impedirlos. ¡Zoquetes!

Dejé de ver esas cochinadas, por cierto. Sólo era curiosidad.

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Al ir y venir en bicicleta me quedo sorprendido con la cantidad de gente imprudente que camina por banquetas y calles sin mirar hacia enfrente. Todos andan mirando el piso, o hacia el otro lado de la calle, o hacia atrás. Es estúpido, no los entiendo. Ayer un imbécil conductor abrió su puerta del lado de la vialidad y casi me hace caer hacia el flujo vehicular. Y por primera vez entiendo aquella cosa de la 'furia al volante', aunque en mi caso fue 'furia al manubrio'. Le gruñí un par de improperios y sintiendo que le di su merecido, seguí mi camino hacia a casa escuchando sobre las atrocidades del imperio español en la época colonial. No'mbre, si uno para disgustos tiene de dónde escoger.

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Un payaso me salió de detrás de una esquina cuando iba caminando, y al ver mi cara de precaución, profirió un gritillo con su voz aguda y macabra de payaso y me hizo sobresaltar. Y me quiso saludar. Maldito.

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