domingo, 6 de diciembre de 2009

Magdalena

(Música> Magdalena- Un círculo perfecto)


Hace un rato iba en el metro mientras revisaba todos los archivos de audio de mi celular y noté que muchas canciones no estaban incluidas en mi tracklist de siempre. Empecé a revisarlas y encontré esta, ‘Magdalena’ de A perfect circle. Cuando la escuché me pregunté por qué la habría sacado de mi tracklist si me gusta escucharla. La canción iba a la mitad cuando apagué el reproductor de audio y fui a casa de Sawa y Polly sin lograr recordar por qué.

Platicando con Polly sobre su ex, y la manera en que lo trataba, me di cuenta de que toda esa historia me sonaba de algo, pero seguía sin recordar.

Hace un rato que salí a caminar y encendí el reproductor, que se inició donde se quedó la canción antes, y con el recuerdo fresco en la mente de lo que me contaba Polly, recordé el misterioso asunto sobre la canción mencionada.

Es una anécdota muy curiosa y que extrañamente le he contado a pocas personas, o a nadie y la verdad no sé bien por qué. Quizá por vergüenza, por frustración o por fastidio, quién sabe.

Sucedió a lo largo de dos semanas, me parece, hace mediano tiempo. Yo me había hecho de la costumbre de salir a caminar por parquecillos, para sentarme a leer al aire libre y en sitios tranquilos, o para invertir dinero en mí mismo yendo a comer a lugares bonitos o tomar café en alguna cafetería para fresas. No recuerdo bien si fue en un parque, o en una cafetería (mis recuerdos son algo nebulosos al respecto) y tengo la idea de que una cámara fotográfica estaba implicada en este incidente, pero sucedió que conocí a una persona muy curiosa llamada Magdalena. Sí recuerdo que cuando la vi me quedé impresionado de lo guapa persona que era. Tengo la idea de que sus ojos eran claros, pero no estoy seguro. Lo que sí es seguro es que era la típica paliducha que bien podría gustarme, y que además tenía nariz respingada y orgullosa, y además tenía maneras muy educadas y casi aristocráticas, y además toda ella parecía emitir un leve resplandor. Era una persona muy hermosa.

No recuerdo qué tuvo qué ver la cámara fotográfica en el incidente, pero algo tuvo qué ver para que empezáramos a interactuar.

Por extraño que parezca, tampoco recuerdo bien nuestras conversaciones, pero recuerdo que yo estaba bastante desinteresado. Es decir… ella me parecía inusualmente atractiva y hacía volar mi imaginación (la imaginación buenita, no la otra cabrona) pero yo estaba segurísimo de que era una fulana que venía a jugarme una broma pesada, fingiendo interés en mi conversación. Pero pasó que la conversación era agradable y como alguna otra vez hiciera en una situación similar, decidí seguirle el juego. Me empezó a agradar en las primeras horas que la conocí, y de hecho al regresar a casa me percaté que había una canción que se llamaba como ella, y la puse varias veces, y me empezó a gustar (antes no la había notado particularmente) Decidí que me dejaría llevar un poco, pero sin dejar de estar alerta en ningún momento, por si de pronto alguien me arrojaba un pastel a la cara.

Pero el pastel nunca llegó y nos frecuentamos por algunos días consecutivos. Conocí a sus insoportables amistades y ella se volvía cada vez más cercana a mí. Y tomar tantas confianzas tan de repente, de una forma tan absurda y misteriosa reforzaba en mí la idea de que había gato encerrado, o que era demasiado bueno para ser verdad, o que la fulana ésta estaba loca, pero loca en mal plan.

Era una combinación de la segunda y tercera opciones.

Empezó a manifestar abiertamente su interés en mí no mediante la palabra, sino mediante insinuaciones, bromas, y entre otras cosas, su necesidad extraña de invadir mi espacio personal cada dos por tres. Pensé en dejarme llevar, porque, claro, cómo le iba a negar un beso a tan tremendamente guapa mujer, y además no había sido besado en mucho tiempo, y además resultaba que no me importaba realmente si la muchacha ésta estaba en serio loca o si sólo quería tener una aventura pasajera con un fulano tan extraño como yo (así me definió ella)

Y en fin, era demasiado bueno para ser cierto, de todos modos.

Paralelo al aumento de intimidad entre ella y yo, uno de sus insoportables amigos empezó a tirarme indirectas, y hablar con sarcasmo más que los demás (que de por sí eran unos hdp insoportables) Y ya a finales de la segunda o tercer semana que la conocí, el sujeto este hacía reclamos abiertamente a ella y a mí. Al parecer ellos habían tenido algo previo… o lo tuvieron siempre, quién sabe. El caso es que el fulano este empezó a insultarme, a insultar a mi madre y cosas por el estilo. Yo queriendo ser un caballero correctito, decidí darme la media vuelta para irme de allí, pero ella me detuvo… sólo para decirme que le gritara yo también al fulano. La verdad es que ella nunca había censurado las descortesías y los desprecios que sus amigos me hacían e insistía en ponerme en situaciones de convivencia con ellos. La situación en general me tenía enfurecido, y normalmente hubiera actuado de otra forma, pero las cosas no estaban para ser correcto y paciente y por eso decidí que destruiría a puñetazos a este hombrecito, que amagaba con golpearme a cada instante. Cuando caminé hacia él, dio tres pasos hacia atrás y se tropezó haciendo muecas de susto. Tuve un curioso impulso de reír, pero entonces ella le dijo a él ‘¡Levántate y pelea!’ Yo me quedé sorprendido, porque había querido pensar que me estaba apoyando a mí (de todas formas, el que ella me dijera que yo también me quedara a gritarle cosas no me parecía algo sensato, pero obedecí cegado por la rabia) Y luego me miró a mí y me dijo ‘¡¿Qué estás esperando!? ¡Ve y pégale ya!’ ¿De qué se trataba toda esta estúpida situación?

Ya antes, cuando el fulano había subido su nivel de desprecio y sarcasmo hacia mí, pensé que ella quería escuchar la manera ingeniosa y educada en que le respondía al tipo este, y me gustaba pensar que quizá ella creyera que yo lo estaba poniendo en su lugar y que eso la complacía, pero luego de este incidente vi de otra forma todo aquello: nos estaba haciendo competir por ella.

Me quedé mirando al fulanito tirado en el piso, que ahora me parecía una personita minúscula y ridícula. Como ella siguió gritándonos que nos golpeáramos, le dije al fulano: ‘Mira, para que sea más rápido, ve a tu casa y tráete una espada o un revolver y nos batimos en duelo, total… No, mejor: ¿Sabes qué? Quédate con esa maniaca, yo me largo’ Y me largué.

Magdalena me llamó horas después, cuando llegué a mi casa, reclamándome por qué no lo molí a puñetazos ahí mismo en el piso. Yo mismo me lo pregunté. Luego de tantos procesos mentales que tuve mientras el fulanito estaba tirado temblando de miedo, se me olvidó que quería golpearlo por lo que dijo de mi madre. Y al final sólo le dije ‘No te preocupes, Magdalena, eventualmente voy a pasar por aquella plaza, que sé que es su punto de reunión. Y cuando lo vea, claro, le romperé la cara a puñetazos y entonces tendrás un lindo novio chimuelo y con la nariz torcida’ Ella empezó a vociferar algo así como que yo no tenía espíritu combativo y algo así como ‘creí que yo te gustaba’. Ya no recuerdo bien qué más nos dijimos, pero por último le dije ‘¿te acuerdas cuando te dije que quizá sólo los locos valían la pena? Bueno, la verdad es que superaste mis expectativas, pero en mal plan. Estás mal, yo no voy a estar en tu estúpido reality show para buscarte al novio que esté dispuesto a hacer más idioteces por ti. Chau.’

Me marcó algunas veces durante el resto de la semana y nunca contesté. Y luego, no me volvió a llamar hasta un tiempito después, y tampoco le contesté, y luego, me robaron el celular y me compré uno nuevo.

Supe que el ladrón nunca cambió mi número. ¿Magdalena lo habrá llamado ya?

Pobrecito ladrón.

6 comentarios:

sombra dijo...

Hombre!!! ¡¿Cómo no me contaste eso?!

Recuerdo, muy nebulosamente, el nombre Magadalena (a própósito muy bonito) pero no recuerdo para nada tal situación de potencial pelea por dama alguna.

Ahora, aquí entre nos... la mayoría de féminas adora ése tipo de demostraciones y no necesariamente porque estén locas bien o locas mal.

Quizá fuiste algo "duro" con la muchacha y ella quizá cosideraba que la pelea era un indicador válido para determinar su "decisión".

De todos modos, no iba contigo ése indicador y la regó =P


Me alegro... xD

Black Ballad dijo...

Como te dije anoche, probablemente sobre-reaccioné. La verdad estaba muy molesto y frustrado por esa y otras situaciones previas, de tal modo que mi umbral de tolerancia era limitado. Y finalmente, no soy de la idea de pegarle puñetazos a nadie por una mujer. Es decir, si la mujer tiene capacidad de decidir, y yo también, sólo basta con que diga 'te quiero a tí, o a tí, o a ámbos ¿De acuerdo?' Y ya uno podría responder si sí o si no o si quién sabe.

Der Greine dijo...

Maledetto hdp!!!! cómo no me contaste eso!!!!! te odiu intensamente ><
Me inventaré mil secretos y no te los contaré!!! Lero lero candelero!!!!!
Punto aparte... yo habría hecho lo mismo que tú. Pero posiblemente por como soy yo... me la habría tirado primero XD

Black Ballad dijo...

Pues, haciendo honor a la verdad, ganas no me faltaban en aquél entonces, pero recordemos que yo era like a virgin. Bueno, tal cual, era un doncel y no andaba para trevimientos así a la primera provocación =p Hubiera sido una primera vez muy extraña.

Y no te sulfures, mi güera, que de todas formas creo que no le conté a nadie. Y recuerdo que por aquellos entonces tuvimos uno de aquellos distanciamientos raros, y luego se me olvidó contarte todo. Es extraño, pero se me olvidó rapidísimo todo ese asunto...

Der Greine dijo...

A veces pasa eso... yo también he olvidado episodios de mi vida... qué miedoooooo!!!!

Black Ballad dijo...

Como lo del Máicol