sábado, 12 de diciembre de 2009

Apología del albur (parte 1 de 2)

(Música> Vía Láctea- Zoé)


El albur es casi como otro idioma sólo disponible para algunos cuantos iniciados. Cuando recién conoces a una persona, puede que te alburee sin que tú lo sepas, sólo para sondearte y saber si hablas el mismo idioma. Como una contraseña que utilizarían integrantes de una sociedad secreta para reconocerse entre sí.

Yo no entendía nada de estas cosas, y no imaginaba los alcances del albur hasta que Javier me inició en este tema, a fuerza de estarme albureando cada dos minutos. Ahora que entiendo un poco este idioma, les mostraré cómo es.


-Me dijeron que eres el chico más temido de tu barrio…

-¿Cómo saben eso?

-Larga historia es…

-Pues siéntate y platicamos

-Tras lomitas

-Me das miedo, mejor nos quedamos acá

-Blanco es mi pantalón, aquí se me puede ensuciar

-Te doy la razón

-Si desde chiquito lo tengo, por eso no lo quiero ensuciar

-¿Cómo hace cuántos años?

-Para doce años van

-Sí, en ese entonces no tenía mucho dinero y sólo tenía este blanco

-Ahora te doy la razón

-Ya sabes que yo era de Chiconautla

-Y a travieso nadie te ganaba ¿No?


Pareciera, quizá una plática muy inocente, pero es más negra que el carbón. En la próxima entrega, haré una disección de este albur para que lo entiendan. No lo hice ahora porque de momento me da flojera.

Continúen alertas.

2 comentarios:

Alejandra dijo...

Sólo entendí el último. El resto creo que refieren a anos y semen. No soy muy ágil en eso de los albures.

Black Ballad dijo...

Así es. Homoerotismo velado en su máxima expresión.