miércoles, 30 de septiembre de 2009

La emoción de ser aleluyo

(Música> Vicio caro- DLD)



Hace unos días, mientras esperaba a que regresara la luz en el trabajo, me puse a leer por pura ociosidad uno de esos panfletos de aleluyos llamado ‘¡Despertad!’, que son como pequeñas revistitas dentro de las cuales se desarrollan diversos temas. El tema central de esta publicación se centraba en si es o no compatible con la biblia la afición por los videojuegos.

En el artículo en cuestión se desarrollaba el tema apoyándose en argumentos bien conocidos que han sido utilizados por grupos derechistas, como esa absurda organización llamada ‘Pro Vida’, que es dirigida por aquél peculiar sujeto, Serrano Limón. En el tema se argumentaba que debe uno plantearse si el tema del videojuego ‘fomenta ideologías inadecuadas’ o si ‘contiene algún nivel de violencia’ o si ‘nos dificulta el camino para huir de la fornicación’… y entonces yo me reí mucho. Inmediatamente pensé en Ned Flanders prohibiendo a sus hijos jugar Mario Bros porque Mario se parece a José Stalin, porque consume hongos y violenta tortugas, además de que el objetivo de su aventura es rescatar a la Princesa Peach .Y uno puede imaginarse que habiéndose enfrentado al Rey Koopa y atravesado tantos mundos de peligros, lo menos que merecería Mario es un besito…

Me imaginé en la situación de un muchachito aleluyo jugando a escondidas un videojuego ‘prohibido’…

Si hay algo que debo envidiarle a los aleluyos es aquella constante sensación de estar quebrantando las reglas, de estar haciendo o viendo cosas prohibidas. Aquello que sentía yo cuando tenía 11 ó 12 años y miraba películas porno a escondidas: la agitación, el corazón desbocado y un calor ignífero en la boca del estómago... de seguro un chico aleluyo experimenta esas sensaciones tan emocionantes por hacer, ver y sentir muchas de las cosas ricas, divertidas y gratificantes que son aceptadas como cotidianas e inofensivas para la mayoría de las personas no-aleluyas.

Ciertas cosas resultan más gratificantes cuando tienes la sensación de que son prohibidas. Por eso mismo he pensado que un aleluyo podría disfrutar Resident Evil 5 a un nivel diferente al que yo lo disfruto.

Oh, por cierto, estoy jugando Residente Ívol 5 al fin. Es ívol, es brutal y me ha ocasionado pesadillas. Contiene esos mugrosos ‘zombis’ con cierto nivel de inteligencia que tanto me perturban, mucha masacréishon, además de una sensual compañera de armas llamada Sheva Alomar que incita al pecado con su escote y sus aventureras curvas.

Juéguelo, de verdad. Sobretodo si es usted aleluyo/a.

2 comentarios:

sombra dijo...

Jajaja "...que incita al pecado..." Yo no sé si es sarcasmo o ya hiciste propias ciertas frases de tus emocionados aleluyos x)

Deberías jugar The Lost Crown o Alone in The Dark I, II, III y así...

Black Ballad dijo...

Tengo el Alone in the dark 2 para Play Station 1 =p

Como mi PS2 no sirve bien, sólo reproduce juegos de ps1 ¬¬ Así que de seguro te tomo la palabra u_u

Sólo que hay una parte de donde no avanzo... donde el tipo encuentra una grabadora y se escuchan cánticos indios... no entiendo ná x_x

curevism