domingo, 21 de febrero de 2010

Puma humano

[Sueño de la noche del sábado 20 de febrero al domingo 21 de febrero, 2010)


Estoy con Sawa y Enos en la casa de éste último, pero su casa en el sueño no es la que tiene en realidad. En mi sueño vive en un edificio de departamentos medio mofletudo, y al parecer no vive más con sus padres, sino sólo el y su hermana. Su habitación es espaciosa y casi sin muebles (sólo tiene su cama, un buró, un armario, todo en colores blanco o hueso, hasta los muros) Salimos de ahí todos con la intención de irnos a nada. Salimos a la calle todos en ropa interior, sin nada más, y eso nos parece la cosa más normal del mundo. Entonces yo pienso en irme a mi casa a ponerme un traje de baño, pero el día me parece bastante frío y aemás ya era bastante tarde como para irse a nadar, así que les dije que yo no iba...


Lo siguiente que recuerdo en el sueño es que estoy en el mercado junto con mis hermanos y otros niños. El mercado ya está cerrado y andan todos correteando por ahí. Por momentos me da la impresión de que mis hermanos se ven más niños de lo que son ahora. De repente veo que alguno de los niños atrapa a un felino, que parecía un gato bastante grande y de pelo dorado. Cuando me acerco más me alarmo un poco oprque lo reconozco como un puma, uno muy pequeño, pero a final de cuentas un felino salvaje. Como los niños le jalaban la cola y el puma se irritaba, lo cargo para que no lo estén molestando más, antes de que le suelte un zarpazo a alguien. Durante todo el rato los niños lo quieren agarrar, e incluso un pequeño perro, de esos miniatura y greñudos, estaba determinado a sacar de sus cabales al puma. Yo decido cargarlo todo el rato que sea necesario y me impresiono de su docilidad y empiezo a acariciarlo y a tomarle cierto afecto, e incluso me empiezo a imaginar alguna forma de que se quede conmigo. Luego de un rato, salimos todos del mercado y es de noche. Mientras abrazo al puma, en momentos me da la impresión de que fuera una figura de plástico o de barro o cerámica con pelusa dorada pegada a él, pero cuando lo volteo a mirar me percato de que sí es un puma, que está vivo, pero perezosamente acomodado entre mis brazos, soñoliento. En cierto momento tengo la sensación de que el puma ya no es un puma, sino una presencia humana que camina junto conmigo. E incluso lo percibo físicamente como un hombre ya maduro, quizá de cuarenta y algo años, bajito, de nariz aguileña, moreno, y en general con razos un poco indígenas. No se cómo empiezo a entablar conversación con él, sin estar muy sorprendido. Aunque tengo la sensación de que es un hombre que camina junto a mí, aún tengo la noción de estar cargando al pequeño puma dormitando entre mis brazos. El hombre-puma me empieza a hablar sobre por qué se convirtió en hombre.

-Al principio yo era un puma, pero 'el concejo' (lo llamo así porque no recuerdo en realidad cómo me dijo, pero podría decirse que me dio a entender que era un grupo de personas con autoridad en el mundo de los pumas, o de los animales en general) decidió castigarme convirtiéndome en hombre (y mientras me cuenta, lo visualizo en una caverna, como si fuera yo el que mirara a través de sus ojos, o de sus recuerdos) lo cual me dió la tremenda ventaja de recordar con mayor precisión en dónde escondía los ratones que cazaba, y al mismo tiempo, menguó mis habilidades para cazar.

Yo no entendí muy bien en qué momentos era hombre y en qué momentos era puma, pero no le pergunté. Lo que sí le pregunté es de dónde venía. El me contestó 'de Chihuahua' o 'de Sonora', no recuerdo, pero era uno de los grandes estados del norte de mi país. Lugares por lo general áridos y calurosos, con clilmas desérticos en su mayoría. Luego, desperté.

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