Besos voyeur

(Música> El regreso de la rata- Nirvana)



A los 17 yo no estaba acostumbrado a estar a menos de medio metro de una chica. Más aún, no estaba acostumbrado a que una chica me dirigiera la palabra. A esa edad yo ya estaba resignado a no generar interés alguno en el sexo opuesto y por eso, cuando por fin tenía cerca a una chica y ella me dirigía la palabra con interés no le daba mucha importancia descartándome a mí mismo por adelantado, creyendo que eran imaginaciones mías o que me intentaban hacer alguna broma cruel. Fue por eso que mi primer beso fue tan sorpresivo…

Cuando fui besado por primera vez, ni siquiera recuerdo dónde estaba, pero recuerdo que fue inmediatamente luego de que Liliana me propuso ser novios. Yo accedí con mucho escepticismo. Yo estaba segurísimo de que si la intentaba besar, me pondría un pastel en la cara, o algo por el estilo y luego una multitud saltaría de entre los arbustos y detrás de todas las esquinas para humillarme. Pero de hecho ella me besó… tan repentinamente y apresuradamente que creo que me hizo sangre en la boca. Sentir que una chica (además tan bonita) invadiera así mi espacio personal fue extremadamente raro. Tuve qué mantener abiertos los ojos para mirar a pocos centímetros de mis pupilas las facciones suaves y armoniosas de Liliana, que me besaba con los ojos cerrados.

Yo tenía muy formada en mí la determinación de ser un ‘chico rudo’, inconmovible e inaccesible, para poder sobrevivir en la escuela… pero aquello de ser besado y de generar interés en otra persona me conmovió profundamente y por eso luego me preocupaba por cómo había yo manejado el asunto. Creía yo que era injusto que hubiera comenzado esa relación sin creer en ella y sin plantearme si de verdad me gustaba Liliana (más allá de su atractivo físico) Y además, por aquél entonces yo había leído una frase ñoña que decía algo así como ‘Si te besa con los ojos abiertos, no es sincero’. Y yo conmovido como estaba, me empecé a preguntar si era yo sincero…

Era yo nuevo en eso y además era yo un mocoso crédulo e impresionable y por algún tiempo tuve qué resistir la tentación de abrir los ojos. Después de todo, siempre he sido muy curioso y me daba mucha curiosidad tratar de adivinar qué sentía ella mientras me besaba y por eso la miraba atentamente.

Con el tiempo me convencí de que no era yo deshonesto al hacer eso, porque aquella frase ñoña no estaba fundamentada en nada válido, así que desde entonces tuve la costumbre de ocasionalmente mirar mientras beso a alguien. Ignoro si es malo, o bueno, pero eso hago, porque soy muy curioso.